martes, 8 de junio de 2010

Lactancia Materna: problemas comunes


Lograr una lactancia exitosa es fundamental en los primeros meses de vida de un bebé. Las complicaciones más frecuentes son las grietas del pezón y las mastitis.

Las grietas del pezón son pequeñas lastimaduras que se producen en su base, como consecuencia de la presión del lactante en cada mamada. Se trata de pequeñas lesiones pero muy dolorosas, tanto que a veces llevan a la mujer a suspender la lactancia, hecho que se puede evitar.

Lo más importante es la prevención, que se inicia desde el último mes del embarazo, con cremas nutritivas para la piel y se continúa durante la lactancia, manteniendo los pezones limpios y secos antes y después de cada mamada.

Una vez instalada la grieta, no es imprescindible la suspensión de la lactancia. Se debe continuar con las medidas higiénicas y se puede recurrir al uso de pezoneras en el momento de la mamada, para evitar la presión continua sobre la herida, hasta que cicatrice.

Las mastitis puerperales son infecciones de la mama que ocurren como complicación de la lactancia, en general, a causa de una grieta en el pezón.



El cuadro clínico es característico:

1) Dolor intenso en toda la mama, de comienzo brusco.
2) Enrojecimiento de la piel mamaria, en forma difusa.
3) Calor local en la mama.
4) Fiebre alta (38 a 39º).
5) Tensión o induración difusa de la mama.

La mujer percibe todos estos síntomas en cuestión de horas y, si consulta al médico inmediatamente y se instituye el tratamiento adecuado (antibióticos y antifebriles), el cuadro remite pronto (alrededor de 48 horas), sin necesidad de suspender la lactancia.

Aún con rápida remisión completa del cuadro, el tratamiento no debe ser interrumpido antes de los siete a diez días, si no se trata a tiempo, puede evolucionar a la formación de un absceso en la mama y en ese caso, el tratamiento médico ya no será suficiente y podría ser necesario un drenaje quirúrgico y entonces sí habría que suspender la lactancia.

Por tal motivo, es muy importante el tratamiento temprano pero más fundamental es la prevención.

El bebe en la barriga puede sentir, oler, ver ..




Hay vida en el útero. El bebé siente lo que pasa fuera, incluso si está dentro del saco amniótico, y puede recibir los estímulos que provienen del exterior. De hecho, e incluso antes de abandonar el cuerpo de la madre, todos los sentidos, excepto el olfato -del cual todavía hay dudas-, están desarrollados completamente.

El primero es el gusto. El bebé dentro del cuerpo de la madre, puede distinguir perfectamente los diferentes sabores. De hecho, él es muy consciente de la diferencia entre lo amargo y lo dulce. Todo lo que digiere la madre llega al bebé, y él hace la selección de estos gustos y sabores.

A partir de las 26 semanas, lo que está en pleno funcionamiento es el oído. El bebé puede escuchar los sonidos del cuerpo de la madre y los ruidos del exterior (voces, música, los intestinos de la madre, los latidos del corazón de su mamá), son percibidos por el bebé inmediatamente. Es entonces cuando el bebé empieza a adquirir sus propias preferencias musicales, y lo que le agrada más es la música tranquila o melodías. Si usted es una amante del rock, olvídese de escucharlo después de las 26 semanas, porque lo más probable es que empiece a darle patadas y se mueva mucho.

A partir de los 6 meses de embarazo, los bebés comienzan a abrir y cerrar los ojos, ya en la semana 13 los ojos de su hijo estaban bien desarrollados, pero permanecían cerrados. La luz que viene de fuera, si es muy potente, puede ser motivo para que el bebé de inmediato la de la espalda, y empiece a frotarse los ojos.

Por lo general la madre, el padre y todas las personas que tienen cierta proximidad, dan besos y caricias a su barriga y su bebé siente ese tipo de afecto, y su sensibilidad al tacto comienza a ser cada vez mayor.

Si usted habla con él, le canta una canción o le pone música, será un estímulo y una manera de acercarse a él, incluso antes del nacimiento. Comunicarse con su bebé antes de nacer hará que su encuentro con el mundo real se vuelva más fácil. Cada vez se aconseja más a los padres la estimulación prenatal.

El olfato sigue siendo el único sentido de los cinco del que no se está seguro de estar lo suficientemente desarrollado antes del nacimiento. Todos los demás están ya en funcionamiento casi en su totalidad.

Fruta para el bebe: ¿mejor en jugo o entera


¿Qué es mejor, la fruta o el jugo?, ¿Se ha preguntado alguna vez si uno es más nutritivo o mejor que el otro?, ¿Cuál es preferible?.

Pues la verdad es que cada uno tiene sus ventajas y desventajas. En líneas generales podemos decir que la fruta entera conserva mejor y por más tiempo todas sus vitaminas, ya que éstas tienden a oxidarse en contacto con el aire y con el cambio de temperatura, por lo que siempre hay pérdida de ellas en los jugos. Otro elemento que se pierde en los jugos es la fibra insoluble de las frutas presente en sus cáscaras. Esta fibra es la que ayuda a mantener una buena salud intestinal, incentiva los movimientos peristálticos haciendo que la digestión sea más fácil y evita el estreñimiento gracias a los movimientos y también al hecho de darle mayor volumen a las heces.

En las cáscaras (manzana, bagazo de naranja, melocotón, pera, mango, etc.) también se encuentran algunos minerales, vitaminas y antioxidantes que normalmente son desechados.

Sin embargo, los jugos también presentan ciertas características útiles: Sus colores y aromas vistosos, aunados al hecho de poder ofrecerlo a los niños en presentaciones divertidas (vasos de sus dibujos animados favoritos, uso de sorbetes, copas coloridas) pueden incrementar su aceptación en niños difíciles de comer.

Una ventaja importante de los jugos, es que las calorías y algunas vitaminas de las frutas están más concentradas. Un vaso de jugo de naranja para un niño puede tener unas tres naranjas exprimidas. Sería muy difícil que el niño se coma tres naranjas enteras.

Los jugos también permiten mezclar diferentes frutas y ofrecerles a los pequeños un súper-concentrado vitamínico muy completo y rico.

Hay que recordar que los jugos deben ser preparados y consumidos de inmediato, ya que la exposición al oxígeno malogra sus propiedades.

La cáscara de frutas que se desecha puede servir para preparar algún otro alimento, se pueden incluir en torrejitas, se puede licuar y agregar a la salsa de tomate para unos ricos tallarines, preparar pasteles, y muchas utilidades más para aprovechar la fibra.

Natación desde chiquitos: fortaleza fisica y emocional




Los ejercicios en el medio acuático fortalecen los músculos, mejoran la coordinación y optimizan el manejo de la respiración de los niños. Es innegable que permanecer varios minutos en la tina, en la piscina o en el mar causa un placer que no se puede explicar. Mejor aún, cuando se logra disfrutar placenteramente del agua y de las actividades que se pueden hacer dentro de ella. Sin embargo, algunas personas encuentran este espacio un poco aburrido y hasta peligroso, y quizás sea porque no hay afinidad con el medio o porque, a muy temprana edad, se experimentaron circunstancias desagradables. Por eso, la importancia de que un niño esté familiarizado con el agua desde muy pequeño. No solo por vencer el miedo, sino porque tendrá la posibilidad de mejorar sus habilidades físicas y emocionales. En estos casos, los expertos recomiendan que el niño ingrese a clases de natación para bebés o matronatación.

“Cuando el niño está dentro del vientre materno, ha permanecido en un medio líquido. Salir al exterior, a un medio como una piscina, no es un cambio tan dramático para él, como piensan los padres que creen que el pequeño se les va a ahogar. Al contrario, si un niño aprende a estar en el agua desde muy chiquito, le va a gustar toda la vida y va a estar muy seguro cuando esté en un medio acuático”, dice Gloria Hernández Forero, coordinadora docente de la escuela de salvamento de la Cruz Roja Colombiana.

La natación inicia desde que el bebé está en la tina, explica Álvaro Garavito, coordinador de natación e instructor de matronatación de la Foca Marina. La diferencia con la piscina, además del tamaño, es que este lugar desconocido tiene varios implementos y la gran posibilidad de experimentar nuevas sensaciones. Si un niño está familiarizado con la tina y ha tenido un proceso de trabajo en el agua, va a tener muy buenos resultados.

Beneficios ‘acuáticos’
Gloria Hernández y Álvaro Angarita, expertos en el tema, señalan algunos beneficios de que los niños practiquen la natación desde temprana edad:
- Mejora sus habilidades motoras y de coordinación muscular.
- Fortalece el sistema respiración, circulatorio y cardiovascular
- Ayuda en el crecimiento.
- Permite conocer y manejar una piscina, sin que se convierta en una forma de salvamento, pero permitiendo evitar futuros accidentes, promoviendo así la seguridad dentro de las piscinas. “Es importante que el niño aprenda, desde el comienzo, a defenderse en el agua para que, más adelante, no tenga las terribles consecuencias cuando se descuida a un niño en este espacio”, señala la docente.
- Mejora el apetito y el sueño.
- Fortalece la interrelación entre padre e hijo y fomenta la sociabilidad con otros niños.
- Estimula la concentración y el manejo de una disciplina deportiva, sin que esta sea la toma definitiva de un deporte.
- Incrementa el proceso de la comunicación y trabaja la parte del lenguaje, ya que, a partir de las instrucciones del profesor o las dinámicas de los padres, ellos van conociendo palabras y expresiones.
- Fomenta el esparcimiento, la recreación y se lleva al niño a un medio que es familiar para él, pero con la oportunidad de explorar nuevas sensaciones.
- Evita el miedo en los niños, si no ha tenido traumas pasados.

A nadar, pero con seguridad
- La piscina. Debe ser adecuada para los bebés. Si está construida en clima frío, es importante que esté climatizada y sea cubierta. La supervisión y el tratamiento por parte de un control intrabiológico de un laboratorio privado es fundamental. Recuerde que los niños suelen ser muy delicados y pueden adquirir infecciones fácilmente.
“Las piscina deben ser aptas y diseñadas exclusivamente para el trabajo de los papás y los bebés. A nivel visual, para un niño trasladarse de su tina a la piscina es mucho más incómodo y genera temor”, explica Angarita.
- Personal calificado. El instructor debe estar certificado por autoridades reconocidas en el tema. Debe conocer de salvamento, primeros auxilios y pedagogía; además, es fundamental que tenga buena disposición con los niños, ya que es la persona encargada de dar las recomendaciones a los bebés y a los adultos dentro del agua. Según Gloria Hernández, “un instructor no debe tener más de 5 niños en clase. En el caso de los bebés, debe haber un acudiente con cada pequeño dentro de la piscina”.
- Elementos. Flotadores, tablas, gusanos, títeres, baldes, pelotas, juguetes de colores y diversas texturas, entre otros, son utilizados para persuadir y realizar las actividades con los pequeños. Estos deben ser elaborados con el fin de que puedan ser manipulados y utilizados por ellos, sin problema.
n Se recomienda el monitoreo de cámaras y videos y la contratación de agentes externos por parte de la escuela de natación, que puedan presentar servicios de salud, por si se presenta algún imprevisto.

Ejercicios en el agua
1. Saludo. El contacto visual es la parte inicial y fundamental de la clase. El adulto se familiariza y comienza a manejar a su bebé. Esta etapa puede comenzar con un canto para saludarlo.
2. Zigzagueo o serpenteo. Trabaja la parte inferior y superior del cuerpo. El adulto debe coger de las axilas al niño, en forma de gancho, haciendo una plataforma y evitando que tome agua. Y debe desplazar al bebé en zig-zag o como lo hace una serpiente. Este ejercicio se hace para conocer el medio y para que comiencen a patear.
3. Locomoción y calentamiento. El adulto debe ayudar al niño a alternar, primero, las piernas y, luego, los brazos, mientras se mueve en el agua.
4. Motivación. Se puede realizar con pelotas. La idea es lanzar una para que el niño se desplace a cogerla. Esta actividad ayuda en la coordinación de ojo-mano y en el movimiento de piernas y brazos. Se trabaja con juguetes llamativos.
5. Trabajo de independencia y locomoción. El adulto se ubica detrás del niño, moviéndole las piernas, para que él trate de impulsarse. Luego, se hace el mismo ejercicio, pero buscando que ellos lo ejecuten solos.
6. Equilibrio. El implemento (flotador o gusanito) se coloca debajo de las axilas de los niños para que trabajen la locomoción, el equilibrio y el balance. Este tiene más grado de dificultad para los bebés de un año de edad, en ellos aparece el reflejo de enderezamiento y, por ende, les cuesta mantenerse acostados. Se trabajan piernas y brazos.
7. Manejo de bloqueos. Para que el niño empiece a tener confianza en el agua y a trabajar los desbloqueos de respiración, se debe jugar cuidadosamente con el líquido. Durante el primer año existe un reflejo que hace que el niño sostenga su respiración, mientras hay agua dentro de las vías de respiración. Cuando manejamos ese reflejo, el niño acepta y maneja esa sensación de asfixia y permite manejar las inmersiones dentro del agua. Un ejercicio muy práctico es jugar con chispeos y, luego, derramando un poco de agua sobre la cara del niño.
8. Imersión. La idea es sumergir cuidadosamente al bebé. Primero, se debe hacer un conteo, luego estimular al niño y, finalmente, sumergirlo por poco tiempo. Cuando él salga del agua, hay que felicitarlo. Para este ejericio, debe haber una preparación previa.

Vitamina A para niños: el poder de la zanahoria

Siempre se debe comer zanahorias: durante el embarazo cuando se está formando el bebé, cuando el pequeño comienza a comer sólidos o en la dieta diaria de cualquier persona. El principal beneficio que se le reconoce es tener una buena visión, por su alto contenido de vitamina A; pero éste no es el único beneficio, ni las zanahorias son las únicas que lo proporcionan.

Las zanahorias contienen unos pigmentos (el más conocido es el beta caroteno) que aparte de darle su color característico, forman la vitamina A. Este pigmento también lo podemos encontrar en alimentos rojos e inclusive verdes porque el verde no deja ver el pigmento amarillo:

* Vegetales amarillos: zapallo, melocotón, espárrago.
* Vegetales anaranjados: zanahoria, calabaza, camote, papaya, mango.
* Vegetales rojos: pimiento, tomate.
* Vegetales verdes: perejil, brócoli, espinacas, col.
* Alimentos de origen animal: yema de huevo, aceite de hígado de pescado y lácteos en general.

Entre los beneficios que ofrece la vitamina A se encuentran:

* Diferenciación celular: Hacen posible que las células –sobretodo las del tejido nervioso, es decir, cerebro, nervios, etc.- maduren alcanzando la forma que van a tener definitivamente. También incluyen las mucosas, la piel, cabello
* Visual: Permite el desarrollo y funcionamiento de los conos y bastones (dos tipos de células) de la retina responsables de la visión en luz y oscuridad respectivamente, además de revenir problemas visuales como el glaucoma, cataratas, ceguera crepuscular y conjuntivitis.
* Inmunidad: Participan en el fortalecimiento tanto del sistema inmune –el sistema “defensor” del cuerpo contra las infecciones- y mantienen en buen estado las mucosas (interior de la cavidad oral, vías respiratorias, todo el tracto digestivo) que son la primera barrera defensiva del organismo contra los diferentes microorganismos que intentan ingresar a nuestro cuerpo.
* Reparador: favorece la reparación de los tejidos infectados.
* Sistema óseo: favorecen su crecimiento y buen desarrollo de todo el sistema óseo (huesos, dientes)
* Función Antioxidante: previniendo el envejecimiento prematuro de las células.

Se trata entonces de un nutriente esencial en la primera etapa de la vida. La cantidad de carotenos que requiere el niño se obtiene mezclando dos o tres alimentos de los mencionados arriba, mejor aún si están crudos y junto o cerca de las comidas, ya que las grasas (no frituras) ayudan a que se absorban y aprovechen mejor. Por ejemplo, una ensalada de zanahorias ralladas con queso fresco es una excelente elección.
Cuando un alimento con vitamina A se fríe, se pierde la vitamina porque la vitamina A es soluble en grasa.